sábado, 16 de diciembre de 2006

De la amistad a ... (y II)

… nos fuimos a mi casa, estaba más cerca, y no podíamos esperar más. Pasamos por una farmacia, a comprar condones, claro. No teníamos aquello premeditado, y no íbamos preparados. Mientras íbamos en el coche sentí un pellizco en el estómago. ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué significaba aquello? Le miré de reojo. Sus ojos… su sonrisa… Me miró también, sonreí… me dejé llevar.

Abrí la puerta de casa, y antes de que pudiera cerrarla y decir una sola palabra, me abrazó y me besó con tanta pasión que me temblaron las piernas, creí que me desplomaría allí mismo. Noté su sexo, que pugnaba por salir del pantalón. Me apreté contra él porque me encantó. Puse mis manos en su trasero y empujé… me derretía de deseo. Aquello ya era irremediable, era como si nunca hubiésemos hecho el amor. Nos invadía una oleada de deseo irrefrenable.

Sus manos desabrochaban los botones de mi camisa, mis pechos eran su próximo objetivo. Con una mano, increíblemente rápido, desabrochó mi sujetador y mis pezones saltaron, libres, deseosos de caricias. Me encantaba que los acariciara, lamiera, mordisqueara… me estaba volviendo loca y notaba como mi sexo se humedecía por momentos.

Casi a la vez, dimos un paso más. Mutuamente nos desabrochábamos el pantalón, mirándonos a los ojos, devorándonos con la mirada y respirando agitadamente. Él fue más rápido, hundió sus dedos en mi sexo, empapándolos, yo casi grité de deseo. Cogí su polla con mi mano, y supe que la quería ya, en aquel momento. Saqué un condón, y se lo puse, suavemente, sin dejar de besarle. Entonces allí mismo, en el recibidor de mi casa, con mis piernas rodeando su cintura y mi espalda contra la pared me hizo suya. Me abracé fuertemente a su cuello, y nos fundimos en un furor desatado. ¡Cómo se movía! ¡Cómo empujaba y cómo le sentía dentro de mí! Evidentemente no duramos mucho, estábamos demasiado ansiosos, pero fue fantástico.

A los diez minutos, ya estábamos otra vez, pero en esta ocasión en la cama, donde nos disfrutamos mucho más, deteniéndonos en cada rincón, conociéndonos mucho más íntimamente.

Después de ese encuentro hubo muchos más. Sentíamos algo especial el uno por el otro, aunque no era verdadero amor, y ambos lo sabíamos. Tampoco era sólo sexo, había algo más, quizás era que teníamos muchas cosas en común, que éramos muy parecidos, y evidentemente que nos encantaba follar y nos entendíamos muy bien, dentro y fuera de la cama.

Es curioso, debería ser así el amor de tu vida. Amistad, cariño, sexo, complicidad: era perfecto, pero nosotros, empeñados como estábamos en que solamente éramos amigos, dejamos las cosas ahí. Ahora vivimos lejos, alguna vez nos llamamos, pero cada vez menos, porque sabemos que no nos beneficia. Quizás era nuestro tren, y le dejamos pasar de largo. Nunca lo sabré, pero siempre le guardaré un cariño especial. La próxima vez que pase un tren así, igual no le dejo escapar.

9 comentarios:

Churra dijo...

No te preocupes Lara, los trenes no los cogemos nosotros, son ellos los que se paran al vernos.
Da igual que tu quieras o no cogerlos.

Eso si, el que se para es el nuestro, aunque no vaya a ningun sitio.

Besos

Anónimo dijo...

Amistad, cariño, sexo, complicidad, es una suerte haberlo vivido y coincido contigo en que merece la pena apurarlo hasta el final cada vez que aparece. Un beso.

Dis

brujito dijo...

Eso no es amor, es amistad con derecho... cuando es amor no hay tanto entendimiento, hay sufrimiento, etc, etc jejeje

Mari Carmen dijo...

Pues si había tanto entendimiento, no sé por qué no os atrevisteis a dar el paso hacia algo más...
Besotes

El detective amaestrado dijo...

Igual el tren era solamente para ese recorrido, un Cercanías

Karlos dijo...

Es difícil saber cuál es tu tren. Los trenes se paran, nosotros nos subimos, luego nos bajamos en otra estación, cogemos otro tren,...

Si todavía ves la lucecita de ese tren... corre, a lo mejor merece la pena que lo cojas antes de que se vaya. Luego... ¿quién sabe?, a lo mejor te bajas en otra estación o continúas.

chapete dijo...

Pasaba por aqui...muy chulo tu blog...en cuanto a tu amigo...bueno,disfrutasteis el momento,eso esta claro...Que te quiten lo bailao!!!!


CHauuuuuuuu

Anónimo dijo...

Yo esto lo he vivido, definitivamente tengo que leer este blog con mas calma así que este de vuelta en mi casa...

Un beso y gracias por las mariposas que se me acaban de enganchar en el estomago...

Lara dijo...

CHURRA: Seguro que es así. Yo sigo esperando mi tren. Besos.

DISGRESOR: Fue un tiempo inolvidable, y siempre le llevaré en mi corazón. Es cierto, hay que vivirlo a tope.

BRUJITO: Cierto. Es una pena, pero es así. Con el amor se sufre demasiado.

AFRODITA: Quizás en el fondo sabíamos que como pareja no encajaríamos. No sentíamos eso que hay que sentir cuando estás enamorado. Gracias, Afro, por venir por aquí.

DETECTIVE: Sí, los cercanías también son útiles de vez en cuando, ¿no? Besos.

CARLOS: No, Carlos, ese tren ya pasó, y me alegra mantener una buena amistad con él. Yo sigo en mi estación. Besitos.

CHAPETE: Gracias!! Que me quiten lo bailao... ya quisiera yo vivir lo mismo hoy en día. Besos.

AVALON: Vuelve cuando quieras, y muchas gracias por los comentarios. Yo también te visito.
Feliz año!