domingo, 25 de febrero de 2007

La culpa fue del baile (I)

Habíamos estado toda la noche tonteando. Durante la cena, y cuando el vino empezaba a hacer su efecto ya nos mirábamos de forma especial, aunque hablásemos de temas banales. Era como si en nuestro interior imaginásemos algo completamente diferente a lo que decíamos. Era la tercera vez que nos veíamos a solas, después de conocernos. Las dos anteriores quedamos a media tarde, para un café y charlar. Nos habíamos caído bien y decidimos repetir, pero esta vez para cenar.

Luego fuimos a aquel local. Cuando vimos que estaba lleno, casi nos arrepentimos. No nos apetecía demasiado abrirnos paso entre la marabunta de gente que había, pero al final decidimos intentarlo. No fue tan difícil, nos abrimos paso poco a poco. Yo iba delante y él me seguía. Para no perderme, puso las manos en mis caderas, gesto que me gustó y me hizo sentir un cosquilleo en el bajo vientre. ¿Qué me pasaba? Sólo me estaba siguiendo…

Finalmente llegamos a un rincón, alejado del paso de la gente. Allí podríamos tomar una copa tranquilamente y bailar. Eso fue lo que hicimos, ya que prácticamente no nos oíamos con el volumen de la música.

La culpa fue del baile… nos fuimos animando y jugábamos a excitarnos con la mirada. Yo le daba la espalda y bailaba delante de él, rozándole con mi trasero, cada vez que este se movía. Me excitaba sentir cómo le gustaba, cómo ponía sus manos de nuevo en mis caderas y se acercaba, poco a poco a mí. Me excitaba sentir su sexo, a través de los pantalones, queriendo liberarse.

Me dejé llevar por la música, y en aquel momento sólo estábamos él y yo… y el morbo de la situación. Supongo que él hizo lo mismo, porque en ese momento noté su aliento y oí como me decía al oído que le estaba poniendo muy cachondo y que si seguía así no respondía de sí mismo.

Aquella frase fue como un revulsivo, que erizó hasta el último vello de mi cuerpo. Me giré, despacio, viendo sus ojos brillantes de deseo, sonreí, y le pregunté con sorna si de verdad quería que parase. Su respuesta fue un húmedo beso, suave primero, apasionado después, que me desarmó por completo. Sólo pude cerrar los ojos y dejarme llevar por el contacto de sus labios y su lengua, que se enlazaba con la mía.

Inmediatamente sus manos se aferraron a mis tejanos, empujándome contra él. Ahora sí notaba su sexo duro y ardiente pegado al mío, con la única barrera de nuestras ropas, que hubiésemos querido ver evaporarse al instante. No sé cuánto tiempo estuvimos así, ni cuánta gente se deleitó con el espectáculo, pero fue sumamente morboso y excitante. Su mano se deslizaba bajo mi blusa y rodeaba mis pechos, endurecía mis pezones con la punta de sus dedos. Los movimientos de mis caderas expresaban el desbordante deseo que sentía por él en aquel momento. Era irresistible, y por eso no lo resistí: “Nos vamos”.

No podríamos esperar hasta llegar a casa, lo sabíamos. Subimos al coche, y durante cinco segundos busqué en mi memoria algún rincón dónde perdernos. Lo tenía, y en menos de diez minutos estábamos allí. No podía haber lugar mejor. Las luces de la ciudad como testigos mudos de nuestro momento.

Música para ambientar y al sillón de atrás. No fue difícil retomarlo. Mis pezones se endurecieron sólo al acercar su boca a la mía. Besaba maravillosamente bien, y mientras lo hacía, hábilmente desabrochaba mi sujetador con una mano, y con la otra acariciaba mi cuello. En ese momento fue como si desde el primer momento hubiese deseado tener mis pechos sólo para él. Los gozó lo indecible, y a mí me hizo vibrar con su savoir-faire.

Yo también quería conocerle bien, así que desabroché su cinturón mientras besaba el contorno de su ombligo.

(Continuará…)


Nota: Lo prometido es deuda...

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Romántico relato para una sobremesa de domingo exótico-erótica. Aguardo el desenlace…

Anónimo dijo...

He descubierto de casualidad el blog,pero desde este momento, me convierto en un asiduo más.Un besote.

querida_enemiga dijo...

Estoy deseando leer la continuación.

Mari Carmen dijo...

No lo dejes así ahora!!! Quiero leer q pasó a continuación, aunque me lo imagino, jejeje
Besotes

Marta dijo...

Enhorabuena por tu ascenso. Ya que lo cortas en lo mejor, no tardes mucho en publicar el resto, estoy impaciente!
Besos húmedos!

chapete dijo...

en esos momentos,el asiento de atras de un coche siempre es un buen aliado,jeje


Chauuuuuu

Anónimo dijo...

Estos relatos me provocan extrañas reacciones, ahora voy a apagar el ordenador sin manos ;)


Espero leer pronto la continuación. Un besote fuerte!

Anónimo dijo...

Este post nos ha recordado mucho a nuestro primer encuentro. Nosotros también acabamos bailando en una discoteca el primer día que estuvimos juntos. Los excitante del baile, los primeros besos... Me ha gustado mucho tu blog. Nos pasaremos más a menudo por aqui y te esperamos en el agua. Esperamos el desenlace de tu historia.

Muchos besos desde el agua.

Anónimo dijo...

Pues que no te veo yo escasa de vida personal precisamente ;) ainssssssssssss, que me muero de envidiaaaaaa (y de la remala mala malísimaaaa)

Besos

Karlos dijo...

Ufff!!!!! que bien te ha sentado ese ascenso. A ver si la segunda parte llega pronto que la primera lleva un ritmo que promete una continuación muy ardiente. Los cristales del coche se debieron de empañar con tanto calor ;)

El detective amaestrado dijo...

A ver, no nos dejes así.
(esto es una súplica)

RosaAmarilla dijo...

La historia es super excitante, me ha gustado mucho, pero... siempre hay un pero, a mi que me suelten me estoy poniendo cachondo, no se, no me gusta nada, me parece unaexpresión antimorbo total y absoluta. Prefiero que me lo demuestren a que me lo digan. Pero.. jajaja, para gusto hay colores.

Besotes gordotes, ahh y enhorabuena por tu ascenso.

adri dijo...

Enhorabuena por el ascenso. Y por otro lado, sexual-festivo relato, muy excitante y de esos que sube la temperatura. Yo creo que esto no es solamente sobrevivir, haces algo más que eso guapa.
Besos reina

Hermes dijo...

Y la segunda parte para cuando?
O Hay que sacarte a bailar para que hagas memoria?
Jajajajajaja

Besos morbosos