Siempre he sido partidaria de no arrepentirse de lo que uno haga o deje de hacer, así que eso es lo que hago. Cuando las cosas suceden, es por algún motivo, así que no hay que darle más vueltas...
Esa es la teoría, pero, en realidad sí nos preguntamos el por qué de lo que nos sucede, y qué habría pasado si hubiésemos actuado de forma diferente. Yo, al menos, me lo pregunto. Sobre todo cuándo me encuentro baja de ánimos (como ahora) y pienso en los momentos felices que viví... ¿qué pasó para que acabasen? ¿qué hice mal? Al final concluyo pensando en que no hice nada mal: simplemente tenía que pasar, aunque aún no entiendo el motivo.
¿Realmente importa ese motivo? El camino recorrido nos marca, sin duda, pero solamente es eso: el pasado.
Lo importante es dónde estoy ahora y qué hacer para encontrarme mejor. Espero que estas líneas me sirvan para encontrar mi sitio y la felicidad.
domingo, 12 de noviembre de 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Sólo hay que mirar atrás para ver los errores cometidos, aprender e intentar no volver a cometerlos. Además, todo tiene una causa, un motivo, hay cosas que tienen que suceder y sucederán. Por todo ello, intenta disfrutar de todo lo bueno y vive el momento. Un beso. Carlos
Eso intento... al menos estoy en ello. (Carpe diem!)
Gracias, Carlos.
Lara.
Doncs si, el camí recorregut ens marca i cal assumir-lo, tot i que sense mermar la llibertat que a partir del moment present tenim per tal de caminar on volguem, fins-i-tot fora dels camins marcats...
salut!
Publicar un comentario