¡¡Adoro las vacaciones!! Lástima que ya acaban y el lunes vuelve la vida normal... Aún así, no me puedo quejar, porque además del viaje, he tenido esta semana libre y a decir verdad la he aprovechado bastante.
Además de las obligaciones, que siempre las hay, me apetecía charlar con la gente que llevaba tiempo sin ver, pasear por sitios especiales, y también dedicarme tiempo a mí misma.
Lo más destacable de la semana: las últimas dos noches.
La noche del miércoles vino amenizada por una Jam session de lo más divertida y agradable. Nada como unas birras en buena compañía y con la música que allí sonaba. Un ambiente divertido y que te hace participar de la fiesta como uno más. Lo disfruté mil.
Te dejo una de las canciones que sonó y que todos cantamos. Aunque no sonase como con los Gun's, a nadie le importaba.
¿Qué tendrá la música para hacernos sentir tan bien? No me negarás que tiene magia, que une a desconocidos y los convierte en colegas, que lleva y trae mil recuerdos e historias, tantas como personas la escuchan. Es genial.
Anoche... bueno, anoche más música, otra Jam session con la que volvimos a disfrutar y a dejarnos llevar por los ritmos y voces que allí sonaron... esta vez la noche ha durado hasta hoy a las 11h de la mañana, cuando he entrado en casa.
Hoy me he levantado, cautelosa, sabiendo que era un día importante, pero desconociendo si lo que me deparaba sería bueno o no. Me he regalado una refrescante ducha, un apetecible café y una tostada, y he salido de casa con mi mp3 en ristre.
Dos horas después, una enorme sonrisa se dibujaba en mi cara y una lagrimilla asomaba temerosa, fruto de la alegría.
Lista para continuar, con paso firme, me disponía a compartir la noticia con mi gente, como prometí, pero necesitaba un paréntesis. Ansiaba unos minutos, varios, bastantes, para estar conmigo misma, relajada, tranquila. Así pues, he ido caminando, como quien no quiere la cosa, hacia un rincón especial, que no sé por qué me hace sentir bien (o tal vez sí lo sé).
Bon Jovi - It's my life
Una vez en la Plaça del Pi, justo frente a la famosa Condonería, me he sentado junto a mi sonrisa, y he saboreado una cerveza fresquita, con la compañía de una de esas fantásticas voces, acompañadas de una guitarra, que deleitan a todo el que por allí anda.
Ese sitio, a pesar de estar bastante transitado, sobre todo en estas fechas, normalmente me invita a desconectar. Hoy, sin embargo, y a pesar de llevar mi ejemplar recién comprado de "El Jueves" y tener entretenimiento asegurado, no he podido aislarme...
A los diez minutos de estar allí, han venido un grupo de ancianos, tal vez doce. Parecían pertenecer a una residencia de ancianos; algunos iban en silla de ruedas, otros caminaban, no sin dificultad. Iban acompañados por dos chicos y dos chicas. Se han sentado ocupando dos o tres mesas y han estado tomando cafés, limonadas, zumos... charlando algunos, escuchando otros.
Lo que ha atraído irremediablemente mi atención ha sido la ternura con la que los chicos trataban al grupo de mayores. Bromeaban con ellos, les ponían o quitaban la gorra, les hablaban con cariño y les hacían sonreír, cosa que seguro que todos ellos necesitaban. No he podido evitar oir lo que hablaban: les decían que por la tarde tendrían baile y que vendría un señor a cantar. Cuando el sol no calentara tanto irían a la terraza, al aire libre y allí pasarían la tarde. Era para ver cómo los ojos de los ancianos, impregnados de esa tristeza que parecía acompañarlos desde hacía tiempo, cambiaban y brillaban cuando supongo se dejaban llevar por la charla.
No sé, imagino que me ha cogido en un momento sensiblón y por eso me ha llamado tanto la atención. Mi enhorabuena y admiración a esos chicos que con tanta ternura acompañaban a los abuelos por las calles de Barcelona. Ya que no me he atrevido a decírselo allí, en el momento, sentía la necesidad de expresarlo, aunque nunca lean esto.
Y por hoy nada más, y como se dice en el vídeo:
Es mi vida Y es ahora o nunca
...
Simplemente quiero vivir mientras viva ¡Porque es mi vida!
Andaba buscando un vídeo en Youtube y me he encontrado con este, que no tenía nada que ver pero que me ha llamado la atención y no me he podido resistir a colgarlo aquí para que lo veas si te apetece.
Es posible que ya lo hayas visto, pues parece ser que hace tiempo que circula.
No digo nada más, o no tendrá gracia. A ver qué te parece...
Ya estoy de regreso a la realidad. Se acabó el viaje. Inolvidable por cierto, en el sentido más amplio de la palabra. Desde luego que Croacia es un país que merece la pena conocer y que te deja imágenes en la retina difíciles de olvidar y momentos imborrables con gente encantadora.
Anochecer en Zlatni Rat (Isla de Brac)
Ahora, cómo no, necesito otras vacaciones para recuperarme de mis vacaciones, para organizar todas las fotos y las anécdotas vividas... suerte que aún me quedan unos días libres, ¡que me tengo que poner al día con toooooodos los blogs que visito!