

Mi pequeña ventana al mundo, donde reflejar mis inquietudes, mis pensamientos, mis recuerdos, mis sentimientos y mis ideas.
Hoy ha sido mi primer día de playa en este verano. He recordado por qué me gusta tanto vivir en una ciudad con mar. Se estaba de lujo: hacía un airecito muy agradable y además, como aún no estamos en julio, no se masifican las playas. Con mi mp3 escuchando a Fito, Iván Ferreiro, U2, Moby, Smashing Pumpkins... y mi libro he pasado la mañana tan ricamente.
El agua estaba bastante fría, congelada diría yo, pero ¿quién podía resistirse a nadar un rato estando allí? Más adelante no será tan fácil encontrar la playa tan vacía, eso seguro.
Estando allí, ha habido un momento que he descansado del libro y me ha dado por observar a mi alrededor, por curiosidad, y he podido ver varias cosas curiosas. Había un chico, de unos treinta y pico, que iba con su mochila de arriba a abajo, como buscando a alguien. Es curioso, porque se habrá recorrido la playa de punta a punta unas cuatro veces (que yo le haya visto) y cada vez tenía la cara más desencajada el pobre, mirando a todas partes con semblante preocupado. Espero que al final haya encontrado a quién buscaba. O eso, o se ha deshidratado la criatura.
Luego estaban los que vendían cinturones, gafas, pelis piratas, música, relojes, bebidas... que no paraban oye. Y lo cierto es que no sé hasta qué punto les sale rentable, porque ¿alguien se compra un cinturón en la playa? Los de las bebidas sí que harán caja, porque algo fresquito siempre apetece. Unas chicas que había a mi lado querían una Coca-cola y les cobraban 2 euros. Han empezado a regatear y al final se la han quedado por 1,50. Yo no creo que hubiera regateado, me da palo verles ahí con la nevera a cuestas todo el día.
También he visto varias sombrillas volar, cosa que no entiendo porque no hacía tanto viento. La gente debe dejarlas reposar en la arena en lugar de clavarlas bien. Mi integridad ha peligrado cuando me ha pasado rozando una color amarillo fosforito con un hombre detrás... me he librado por los pelos.
Y ahora una duchita fresca y a otra cosa...
Mañana puede que sea mi segundo día de playa.
Iván Ferreiro - SPNB